Este lunes, Moscú alcanzó 26.2 grados centígrados, superando el récord previo de 2018, que era de 26.1 °C, según informó Román Vilfand, jefe del Servicio Meteorológico de Rusia.
Vilfand atribuyó este aumento inusual a la llegada de una masa de aire caliente procedente de África, combinada con cielos despejados, lo que generó temperaturas entre 6 y 8 grados por encima de la media.
Este fenómeno ocurre justo en el equinocio de otoño, cuando la radiación solar disminuye naturalmente.
El Servicio Meteorológico decretó alerta amarilla por riesgo de incendios en Moscú y su región, vigente hasta la madrugada del miércoles.
Se espera un descenso abrupto de las temperaturas a partir de ese día, con valores entre 1 y 6 grados, e incluso posibles nevadas esporádicas durante la madrugada del sábado en algunas zonas de la capital y alrededores.
Mientras tanto, los moscovitas aprovechan el calor inusual para pasear y disfrutar del sol, especialmente jóvenes que se congregan en parques y plazas.