Este sábado entrarán en vigor nuevamente las sanciones de la ONU contra Irán, luego del fracaso de las negociaciones entre Teherán y varios países europeos sobre garantías en su programa nuclear.
El mecanismo de “snapback”, activado por Reino Unido, Francia y Alemania a finales de agosto, permite restablecer las medidas sancionatorias que habían sido levantadas en 2015 tras un acuerdo nuclear.
Entre las sanciones figuran un embargo de armas y restricciones económicas. Irán calificó como ilegal el proceso y llamó a consultas a sus embajadores en los países europeos implicados.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, rechazó las condiciones planteadas por Estados Unidos y Francia para una moratoria temporal de las sanciones.
Rusia y China propusieron sin éxito prorrogar el acuerdo nuclear seis meses más. A lo largo de la semana, se realizaron reuniones de alto nivel en Nueva York para intentar una solución diplomática.
Analistas señalan que la medida puede generar tensiones adicionales en la región y que algunos países podrían no acatar la decisión del Consejo de Seguridad.
Irán mantiene que su programa nuclear tiene fines civiles y asegura que sigue adherido al Tratado de No Proliferación Nuclear, mientras Occidente expresa preocupación por el enriquecimiento de uranio a altos niveles.