La antigua base naval Roosevelt Roads, cerrada en 2004 tras más de seis décadas de operaciones, volvió a recibir actividad militar de Estados Unidos con el aterrizaje de varios cazas F-35 en la pista del aeropuerto regional José Aponte de la Torre. La medida ocurre en medio de la escalada de tensión entre Washington y Caracas.
La base, inaugurada en 1943, se extiende sobre 3.500 hectáreas e incluye carreteras, escuelas, hospitales, viviendas para personal militar, un puerto de aguas profundas y una pista de más de tres kilómetros.
Aunque la mayor parte de los terrenos permanecieron sin uso productivo durante más de 20 años, en los últimos años se impulsaron iniciativas para su rehabilitación con proyectos turísticos e inversiones en infraestructura.
El Departamento de Defensa indicó que los F-35 pertenecen al escuadrón de ataque 225 y están “listos para enfrentar a los cárteles”.
La reactivación temporal coincide con maniobras militares de Venezuela en el Caribe y declaraciones de apoyo de la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, a la presencia militar estadounidense, mientras que el presidente Nicolás Maduro rechazó estas acciones.
Históricamente, Roosevelt Roads ha tenido usos temporales desde su cierre, como en 2017, cuando funcionó como punto de entrada de ayuda humanitaria tras el huracán María.
La frase que circula en los círculos militares es “back in business”, indicando que la instalación vuelve a operar temporalmente aunque no como base permanente.
