La Corte Suprema de Estados Unidos autorizó, de manera temporal, que se reanuden las deportaciones de migrantes hacia países de los que no son originarios, aun cuando continúa un litigio en instancias inferiores que cuestiona la legalidad de esta política.
En una decisión emitida sin firma y sin argumentos públicos, la mayoría del tribunal respaldó la solicitud del Departamento de Justicia de levantar la suspensión impuesta por una corte inferior.
Las tres juezas progresistas del máximo tribunal expresaron su desacuerdo, advirtiendo sobre las posibles violaciones a derechos humanos.
La medida afecta directamente a migrantes que ya habían sido enviados a naciones como Sudán del Sur, país sumido en conflicto y pobreza extrema, aunque no tuvieran vínculos con dicho territorio.
Entre ellos se encuentran dos ciudadanos cubanos y un mexicano, quienes permanecen detenidos en una base militar estadounidense en Yibuti.
El juez federal Brian Murphy había ordenado anteriormente detener estas deportaciones, argumentando que los afectados debían tener derecho a apelar y ser informados con antelación, en cumplimiento de la Convención de la ONU contra la Tortura.
No obstante, la Corte Suprema levantó temporalmente esa restricción.Mientras se resuelve el fondo del caso en una corte de apelaciones, defensores de derechos humanos advierten del peligro de esta práctica.
Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional celebró la decisión como un respaldo a su estrategia migratoria y de seguridad.