A partir de septiembre de 2025, los solicitantes de visas de no inmigrante para ingresar a Estados Unidos deberán cubrir una nueva tarifa obligatoria denominada Visa Integrity Fee, con un costo inicial de 250 dólares, adicional a los pagos ya existentes por este tipo de trámite.
La medida fue aprobada por el Senado estadounidense como parte de un megaproyecto de ley impulsado por el expresidente Donald Trump, con el objetivo de reforzar las políticas migratorias y contribuir a la reducción del déficit fiscal.
La nueva tarifa aplicará a quienes tramiten visas de turista, estudiante o trabajo temporal.
Estarán exentos quienes posean pasaportes de países que no requieren visa para ingresar a EE. UU. El cobro solo se efectuará si la solicitud es aprobada.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) tendrá la facultad de ajustar el costo de esta tarifa conforme a la inflación, por lo que el monto podría incrementarse en el futuro.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), la Visa Integrity Fee podría generar ingresos por más de 28 mil millones de dólares entre 2025 y 2034.
También se contempla la posibilidad de reembolsos, aunque sujetos al cumplimiento total de las condiciones del visado y con un proceso que podría tardar años en implementarse.
Diversas voces del sector turístico, como Erik Hansen, vicepresidente de la Asociación de Viajes de Estados Unidos, han expresado preocupación por el impacto económico de esta tarifa adicional, al considerar que podría disuadir a potenciales visitantes, sin aportar soluciones a los retrasos actuales en los tiempos de entrevista consular.
El cobro se aplicará en un contexto de alto flujo turístico, ya que Estados Unidos será sede del Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos en 2026.