El Mallorca convirtió en un gesto emotivo lo que comenzó como una imagen viral.
Tras la derrota 0-3 frente al Barcelona en el inicio de LaLiga 2025-26, un niño de ocho años, Llorenç Simonet, fue captado llorando desconsolado en las tribunas de Son Moix, reflejando la frustración de la afición por el arbitraje y el resultado.
Tres días después, el club lo invitó junto a su hermano Pau a convivir con los jugadores tras un entrenamiento.
Durante la visita, figuras como Vedat Muriqi, Sergi Darder y Johan Mojica lo animaron a seguir apoyando al equipo y le dieron palabras de aliento: “¿Lo pasaste mal en el partido? Nosotros también.
No te quiero ver llorar más”, le dijo Muriqi entre risas y cariño.
El pequeño recibió además una camiseta firmada por todo el plantel y tuvo la oportunidad de correr y jugar en la cancha de la ciudad deportiva.
Con este detalle, el Mallorca buscó transformar la tristeza del aficionado más joven en una experiencia inolvidable y de apoyo mutuo entre equipo e hinchada.